Todo el arco sindical y del peronismo se conmocionó con la noticia del fallecimiento del sindicalista y militante Adriano Abelardo Villagra, secretario Gremial por la provincia de Santa Cruz del Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia.
El sábado será velado en Río Turbio y el sepelio será el domingo al mediodía.
El Secretario Gremial por la provincia de Santa Cruz del Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia, Adriano Villagra, falleció este viernes 9 de junio en Río Turbio. Este sábado desde las 17 fue velado en la cochería Balderramo de la ciudad de cuenca .
Todo el arco sindical de la provincia de Santa Cruz y la región se vio conmocionado con la noticia que dio conocer su hijo, Cristian, a través de las redes sociales. «Hasta pronto papi, te vas tan pronto de nuestras vidas, cuánto voy a necesitar de vos, cuántas cosas que no vas a poder vivir con nosotros, tengo un vacío en el alma que no podré llenar nunca en la vida, estoy destrozado, tu alegría y amor por la vida nos hace seguir adelante, voy a extrañarte mucho . Te amo papá», publicó.
Adriano Villagra estaba internado en el hospital SAMIC y tuvo un infección que se complicó. Según sus allegados había tenido un accidente doméstico, se quebró las costillas y fue operado el 30 de mayo pasado. Permaneció en terapia hasta que su cuerpo no pudo resistir más.
Adriano fue militante y sindicalista del gremio Luz y Fuerza, siempre en defensa de YCRT, donde ingresó a trabajar. Era hermano de Segundo Villagra, santacruceño desparecido en diciembre de 1976, a quien recordó como nunca en el acto del 24 de marzo de este año, y que luego profundizó en una entrevista concedida al medio de Río Turbio Por La Tangente. Allí recordó que fue con sus padres a recibir a su hermano que estaba estudiando en La Plata al aeropuerto de Río Gallegos pero Segundo nunca apareció. «No sabíamos bien que estaba pasando pero vimos el rostro de susto de los chicos que bajaban del avión y a mi papá no sabían que decirle», contó en la plaza de Río Turbio. «Cuando mi hermano no llegó ese 22 de diciembre al aeropuerto de Río Gallegos, y si llegaron los otros chicos y chicas y los familiares abrazaron a sus hijos y nosotros no pudimos hacerlo esa fue el comienzo del dolor de mi familia y el mío propio, yo tenía 12 años», agregó luego en la entrevista.