«48 años de un secuestro planificado por los intereses económicos que promovieron el Golpe de Estado y la barbarie de sus lacayos.»
El 11 de febrero marca un nuevo aniversario de la desaparición de Oscar Smith, Secretario General de Luz y Fuerza Capital. Han pasado 48 años desde aquella mañana en que lo arrancaron de su hogar, pero su lucha sigue iluminando el camino de quienes creen en la justicia, la dignidad del trabajo y la defensa de los derechos de los Trabajadores.
Recordarlo no es solo un acto de memoria. Es un compromiso con sus ideales, con su valentía y con la necesidad de construir un país donde nunca más el terror se imponga sobre la voluntad de un pueblo.
En tiempos oscuros, Smith no dudó en enfrentar al poder. Mientras otros vacilaban, él encabezó la primera gran resistencia gremial contra la dictadura cívico-militar. Al frente del Sindicato de Luz y Fuerza, defendió las conquistas laborales, denunció los despidos y los secuestros de delegados, y desafió al régimen cuando pocos se atrevían a hacerlo. Su protesta no solo significó la primera desobediencia al poder dictatorial, sino que también afectó intereses económicos de los sectores que se beneficiaban con el golpe. SEGBA seguía los lineamientos del ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, quien tenía estrechos negocios con la familia Soldati, propietaria de la ex Ítalo Argentina de Electricidad. En esa ecuación de alto voltaje, la dictadura no podía permitir que un dirigente como Smith se interpusiera en sus planes.
Pero su legado no termina ahí. Como Secretario General, acompañó una de las experiencias más extraordinarias de cogestión obrera en SEGBA, liderada por otro dirigente imprescindible, Juan José Taccone. En un hecho sin precedentes, los Trabajadores gestionaron con eficiencia técnica, planificación económica y compromiso social una de las empresas estratégicas más importantes del país. Agua y Energía Eléctrica y SEGBA, ambas gestionadas con participación de los Trabajadores, demostraron que un modelo distinto era posible.
Un convenio colectivo de vanguardia, una visión de futuro, una convicción inquebrantable. Todo lo que Smith representaba era intolerable para el poder usurpador. Su desaparición fue un intento de silenciar una voz que hablaba por miles, pero su luz sigue brillando en la memoria de quienes creemos en un país más justo y solidario.
Este es mi humilde homenaje a Oscar Smith y a esa gesta que, como a muchos otros, me marcó para siempre. Porque su lucha no fue en vano. Porque su legado sigue vivo.
Porque su luz nunca se apagará.
Héctor Rubén González – Secretario General Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia